LA ORACIÓN Y SUS EFECTOS EN EL CEREBRO

¿Sabías que realizar oración desencadena efectos positivos en tu cerebro?

A lo largo de la historia se han generado múltiples investigaciones como la que realizó Uffe Schjodt, de la Universidad de Aarhus (Dinamarca), en la que observó que durante la oración se producía un aumento significativo de la respuesta BOLD en el núcleo caudado. En otras palabras: se activaba el sistema de recompensa. Esto es interesante porque las repeticiones pautadas de oraciones como el padre nuestro y el rosario son parte de nuestra religión Católica y parte de la vida cotidiana de miles de millones de personas. Así, el cerebro premia con una sensación de bienestar a las personas creyentes que practican la oración, que cumplen sus normas y que hablan con Dios generando un encuentro profundo y cercano con él.  En su investigación, Schjodt usó un escáner de resonancia magnética para analizar el cerebro de 20 personas devotas que siguen las enseñanzas de Jesús de Nazaret. Los sujetos eran 20 jóvenes sanos (6 hombres y 14 mujeres), de entre 21 y 32 años de edad, sin enfermedades psiquiátricas o neurológicas conocidas.

Lo que dice la neurociencia es que la activación cerebral en estas regiones es similar a la que se produce cuando hablamos con un amigo. El autor del estudio lo explicaba diciendo que es “como hablar con otro ser humano”. Para los autores de esta investigación, “rezar a Dios es una experiencia intersubjetiva comparable a una interacción normal entre dos personas “es decir existe reciprocidad, compromiso, confianza, intencionalidad, experiencias compartidas y emociones. Recordando que cuando te desahogas con un amigo, sientes una sensación de alivio, entonces ¿Por qué no hacerlo con Dios?

Al final, como dice Robin Dunbar, de la Universidad de Oxford, el estudio no pudo comprobarla inexistencia de Dios, y nos permite entender mejor los procesos cerebrales asociados a rezar. Dichos procesos generan bienestar en las personas dando paso a estados de consciencia y bienestar más elevados. Por un lado, para las personas que tenemos Fe, la vida de oración se convierte un medio seguro en el que experimentamos la presencia de un Dios maravillo, compasivo y amoroso en el que podemos confiar y al que podemos acogernos. Por otro lado, de acuerdo a la experiencia consultando pacientes con diagnósticos mentales y emocionales, he observado como la oración   ayuda a tranquilizar a una persona, para que tenga más tiempo para sí misma, controlando la mayoría de las respuestas automáticas del cuerpo, además de un estado de ánimo óptimo, un nivel emocional tranquilo y en paz, aprenden a calmar su respuesta de lucha o huida, haciéndose más eficiente a la hora de controlar sus emociones, mejorando su estado mental y gestionando su vida de mejor forma.

“La oración ayuda a encontrar el sentido de la vida, es un ancla a esta montaña rusa en donde las situaciones nos colocan en constante inestabilidad. En Dios encuentras el tan ansiado equilibrio. Es poner tu intimidad en el ser que te creó, en aquel que sabe todo de ti. Él es tu GPS para el camino a la felicidad ya que al fin y al cabo, solo Dios conoce tu proceso y cómo puedes ser mejor en cada aspecto de el. Hoy te invito a dejarte guiar por Él y buscarlo en la oración; te puedo asegurar que será el mejor encuentro.”

Psic. Jenny del Carmen Pérez Hernández

Saint Ann Parishioner

 

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